No quieres fantasear?
es inevitable contigo -respondí-
Me preocuparé de dormir a horas prudentes,
de sonreír sin motivos, de no esperar el día
en que pueda volver a usar nuestro lenguaje.
Quiero trazar nuevos colores y sorprender
a tu tacto, que no es ciego,
porque dibuja en mi espalda
y reconoce cada vez que evito mirarte con ojos de culpa,
esa que amarra los pies a la formalidad de la provincia errónea,
a seis horas de tí.
Me ocuparé de no suspirar tan a menudo,
de no olvidar las excusas que tengo para seguir aquí,
a seis horas de ti.
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