lunes, 11 de abril de 2011

*

A veces me impregno a lo inevitable.
como los labios de su cara sin rostro
de su patria sin tierra  -donde habita el olvido-
Su respiración me sofoca
me ahogo bajo su ropa.

Y mira con miedo
todo le da miedo
su risa/ la mía.
(Tiene miedo de...) 
Mis manos heladas en su espalda abierta de tantas heridas sin cicatrizar.
De mis dedos como aguja que hilan fino cada llanto en sus mejillas, para hacerla olvidar.
Para que se de cuenta que yo tengo otras ventanas en los ojos.

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